5 Musicales terroríficos para ver este otoño
- Marta Camarena Ferrero
- hace 2 días
- 5 Min. de lectura

Si estás cansado de musicales cursis y fantasiosos, es importante que sepas que el género no se reduce a eso y que la música también puede explorar la oscuridad con historias perturbadoras y atmósferas inquietantes. Acabamos de dejar atrás Halloween, así que es la ocasión perfecta para dejarse llevar por el otoño y sumergirse en los sonidos del terror. Para introducirte en este mundillo tan peculiar, desde Berlinas te traemos cinco recomendaciones imprescindibles que te darán, a partes iguales, melodías y sustos que no podrás olvidar.
Rocky Horror Picture Show (1975):

Brad y Janet, una pareja joven que acaba de casarse, sufren una avería en plena tormenta y buscan refugio en una mansión misteriosa. Allí les recibe el excéntrico Dr. Frank-N-Furter, rodeado de personajes extravagantes y en medio de un extraño experimento.
Lo que parecía una noche cualquiera se convierte en una fiesta surrealista llena de música rock, ciencia ficción y situaciones inesperadas. Para la época, fue una película rompedora tanto por su peculiar sarcasmo como por su mensaje, que invitaba al espectador a desmadrarse un rato. Es además, un musical que ha hecho mucho por la comunidad LGBTQ+, teniendo como protagonista a Frank-N-Furter, un personaje abiertamente trans que da una lección a la sociedad a través de la pareja puritana, a quienes invita a liberarse, romper con las normas sociales y a explorar sus deseos sin miedo. A pesar de su nombre y su aspecto inicial, The Rocky Horror Picture Show no es ni mucho menos terrorífica, es una celebración de la aceptación y la libertad personal, que te seduce con sus números musicales, te acoge y te acepta como uno más, una sensación que os recomendamos no saltaros.
The Wicker Man (1973):

Un policía muy católico llega a una remota isla con el objetivo de encontrar a una niña que ha sido reportada como desaparecida y durante su investigación descubre que los habitantes practican antiguos rituales paganos.
No es el típico musical, ni película de terror. Es una especie de Midsommar, pero menos perturbador, que aprovecha momentos cotidianos para introducir canciones un tanto inquietantes. No es un musical tan surrealista como otros, aunque en un principio pueda parecer que sí, ya que las canciones siempre tienen una justificación dentro de la historia, como cuando los personajes cantan ebrios en el bar o al comenzar un ritual.
Si es verdad que sería raro que quieras ponerte sus canciones en bucle, pero creemos que merece estar aquí, ya que probablemente sea el primer musical de terror jamás realizado, aunque no encaje del todo en lo que entendemos hoy en día por una película musical tradicional.
Little Shop of Horrors (1986):

Una salvaje comedia musical en la que Seymour Krelborn, un ayudante en una floristería, compra durante un eclipse solar una extraña planta sedienta de sangre.
Un patoso héroe, una inocente soñadora, un sádico dentista y una planta traicionera pero cantarina protagonizan este delirante viaje, llevado dos veces al cine, incontables al teatro y, en una ocasión, al mundo de la animación en forma de serie de televisión.
Es una película tremendamente atrevida, tosca y, en momentos, desalentadora, pero en la que en ningún momento faltan risas. Musicalmente, además, es impecable, con un coro de tres mujeres que te guían por las calles de Skid Row y que te introducen al horror que está a punto de acontecer.
No es especialmente aterradora, pero sí consigue, más de una vez, estremecerte con momentos crueles expuestos en colores radiantes y con un tono casi infantil. Es una película llena de contrastes, irreverente y con un desenlace que nadie ve venir. Muy recomendada si quieres pasar un buen rato y recordar que independientemente de cuán mal estés, los personajes de este musical siempre estarán peor.
Sweeney Todd (2008):

Recomendamos esta película porque es, sin duda, la forma más sencilla y accesible de adentrarse en este impecable musical. Está basada en una leyenda londinense de origen incierto, según la cual un barbero demoníaco asesinaba a sus clientes. En la versión musical, este siniestro personaje recibe el nombre de Benjamin Barker, un hombre encarcelado injustamente durante quince años que regresa a Londres buscando venganza bajo la nueva identidad de Sweeney Todd.
Se nota que Tim Burton disfrutó enormemente llevando esta historia a la pantalla, probablemente influido también por su fascinación por la versión teatral. Sin embargo, parece que su devoción por Johnny Depp le nubló un poco el juicio. Depp no debería estar aquí, su interpretación resulta forzada y su voz no está a la altura del personaje, algo similar a lo que ocurrió con Madonna en Evita. Aunque, si le obviamos, la película sigue siendo muy disfrutable. Helena Bonham Carter sostiene prácticamente todo el peso del largometraje, y lo hace con una naturalidad admirable. Le toma con gracia el relevo a Patti Lupone en el papel de la excéntrica señora Lovett, la cocinera responsable de las peores tartas de Londres. Su interpretación es el alma de la película y uno de los mayores motivos por los que merece la pena verla. Eso sí, advertimos que la película no es muy recomendable para personas sensibles o aprensivas a la sangre porque, en ese sentido, es bastante explícita.
Phantom of the Paradise (1974):

De la lista esta es tal vez la película que mejor mezcla el género de terror con la esencia esperanzadora y mágica del cine musical. La olvidada Phantom of the Paradise, dirigida por Brian De Palma, sigue la historia de Winslow Leach, un compositor de gran talento que ve cómo su obra maestra es robada por Swan, un productor musical corrupto que controla la industria desde las sombras. Para recuperar lo que es suyo, Winslow se transforma en un fantasma aterrador y acecha el teatro donde se desata una trama maliciosa y obsesiva, que bien podría haber sido sacada de una pesadilla.
La historia es un homenaje a los clásicos de El fantasma de la ópera, Fausto y El retrato de Dorian Gray, con los que comparte esa atmósfera trágica dentro de una realidad colorida y fantástica, que tanto llama la atención. Su extraña estructura te sumerge en un viaje que, en muchas ocasiones, recuerda a un sueño sin sentido en una noche agitada, que consigue inquietarte además de hipnotizarte con sus figuras extrañas y emocionantes melodías.















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