'The Rehearsal': ansiedad ensayada
- Celia Sánchez Vargas
- hace 4 días
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 3 días
¿Un sueño de control o una pesadilla de obsesión?

Todos hemos hemos tenido que afrontar alguna vez una conversación que nos generaba mucho estrés. Situaciones a las que hemos acabado haciendo frente cientos de veces, en lugar de una sola, si contamos todas esas discusiones repetidas en bucle en nuestra cabeza, con distintos tonos y desenlaces posibles, pero siempre esperando, por descontando, que todo va a salir mal. Es lo más probable, ¿verdad?
Esta tendencia a ensayar mentalmente cada interacción puede convertirse en una milimétrica coreografía del miedo al error. The Rehearsal, la serie de HBO Max creada y protagonizada por Nathan Fielder, lleva esta idea hasta el extremo: ¿qué pasaría si pudieras recrear esa situación, con actores y decorados, para ensayar la conversación temida hasta lograr el resultado “perfecto”?
La premisa podría parecer, a primera vista, una fantasía para alguien que vive dominado por la ansiedad. Pero ese sueño no tarda en convertirse en una pesadilla de control absoluto.

En el episodio piloto de The Rehearsal (y no hablo del episodio sobre pilotos de aviones, sino del primer capítulo de la primera temporada), Fielder intenta ayudar a un hombre que vive atormentado por una mentira que contó hace tiempo: que ha estudiado un posgrado. Lo curioso es que este grupo de personas a las que contó la mentira ni siquiera son sus amigos cercanos, sino gente con la que va a bares a jugar a una especie de trivial.
Esta farsa que ha mantenido durante tanto tiempo, y que para cualquier otra persona podría no ser más que una mentira menor, para él se ha convertido en una fuente inagotable de sufrimiento y culpabilidad. Ahora quiere confesar la verdad, pero le preocupan las reacciones del grupo, especialmente la de una tal Tricia, a la que describe como irascible e impredecible.
O, al menos, así es cómo él la percibe y, por tanto, prevén sus posibles reacciones en base a esa idea que tiene de ella. Lógicamente, se trata de una visión sesgada no solo por cómo él la percibe, sino por el miedo y la ansiedad que siente y que le empujan a verlo todo peor de lo que es en realidad.
La “solución” que Fielder propone consiste en construir una réplica milimétrica del bar para ensayar una y otra vez la confesión. Cuentan además con una actriz que hace de Tricia para poder ensayar distintas formas posibles de abordar la conversación y que la intérprete replique sus posibles reacciones. Así, pretenden predecir lo impredecible pero, cuanto más tratan de controlar la situación, más inabarcable se siente y consiguen hacer una montaña gigantesca de un grano de arena.

El nombre del capítulo, Jugo de naranja, sin pulpa, hace referencia a lo que el protagonista de este experimento sociológico pide en el bar ficticio cada vez que ensayan la temida conversación. Y este pequeño detalle ya nos dice mucho sobre su personalidad y necesidad de control, pues para él es esencial estar seguro de que va a poder pedir esa bebida en específico. Si acaso no la tuvieran, lo más probable es que ese percance descuadrara sus planes y le hiciera afrontar la situación con menos confianza o incluso incapacitarle para hacerle frente.
Creyendo que pueden controlar lo que va a pasar mediante la lógica y la repetición, lo único que consiguen es que su ansiedad aumente cada vez más. Así, el episodio logra materializar el proceso mental de alguien que sobrepiensa cada conversación. Ver todos esos posibles desenlaces tomar forma resulta ridículo: uno no puede entender por qué alguien pasaría por ese “ensayo” de forma voluntaria cuando lo único que va a conseguir es estar más nervioso aún y perder toda naturalidad posible. Pero entonces, ¿por qué pasamos por un proceso prácticamente igual en nuestra cabeza? ¿No es acaso lo mismo?
El prima analítico desde el que Fielder observa a las personas de su entorno también pasa por él mismo y, más adelante en la serie, llegará a una reflexión que, no obstante, no le será tan fácil aplicar: “Es fácil asumir que otros piensan lo peor de ti, pero cuando asumes lo que otros piensan quizás lo único que estás haciendo es convertirlos en un personaje que solo existe en tu mente”.
The Rehearsal tiene ese humor incómodo del falso documental que sin duda disfrutarán los fans de series como The Office y que combina además con un planteamiento original, tan divertido como reflexivo. Ese humor que nace del absurdo de tratar de coreografiar la vida tiene un claro punto existencial: cuanto más se planifica, menos se vive. Por mucho que uno ensaye, la vida es impredecible. Uno no puede evitar la incertidumbre y, cuanto más trates de controlar lo incontrolable, más te estallará en la cara.















Comentarios